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Liberalismo: Período Clave para una Transformación Educativa en el Ecuador

Por: Pablo Flores Cabrera

Creado en:

Oct 15, 2022

Para llegar a concebir a la escuela como hoy la conocemos, el Ecuador ha tenido que atravesar por distintas etapas y es que, desde épocas de la conquista española, los nativos habitantes fueron esclavos del poder de las armas y no tuvieron el más mínimo indicio de escolarización. Luego de un largo periodo de tiempo (Siglo XV al siglo XIX) la población ecuatoriana fue accediendo a rutinas de formación no muy eficientes, fue la religión la que se encargó de los sistemas educativos en base a metodologías muy rudimentarias y tradicionales, ofrecieron conocimientos que no estaban en sintonía con las reales necesidades de la población y, desde luego los movimientos religiosos obligaron a los ciudadanos a asumir sus creencias católicas.


Desde la época colonial no se tenía la menor intención de separación entre la religión y la educación, esta relación hizo también que los beneficiados sean solo ciudadanos de las clases pudientes, y no es sino hasta finales del siglo XIX y principios de siglo XX en donde se consolidó el primer sistema educativo público y laico, de esta forma el periodo liberal comprendido entre 1895 y 1912, liderado por el Gral. Eloy Alfaro, marcó un antes y un después en la educación del Ecuador.


Alfaro estuvo tan convencido que solo un sistema educativo público era clave para conseguir mejores condiciones de progreso y desarrollo, es por eso que en su segundo periodo como presidente consiguió impulsar la XII constitución en donde se decreta definitivamente la separación de la educación confesional de la pública y hacer al estado el responsable de administrar y extender la educación laica en el sistema educativo ecuatoriano.


No fue una tarea sencilla, luego de haber establecido el marco legal se tuvo que sortear muchos obstáculos, el precario presupuesto de la época fue uno de ellos, puesto que se tenía que fundar establecimientos educativos públicos laicos en todo el país para ampliar la cobertura de este servicio, y así se lo fue realizando, como ejemplo dentro de las obras de Alfaro está la creación del Colegio Bolívar en Tulcán y del Colegio Mejía en Quito. De igual manera, las reformas determinaron la inclusión de las mujeres como docentes, y se trató de fortalecer el normalismo como eje del fomento educativo; sin embargo, no habían más de 30 docentes normalistas, un número insuficiente como para querer propagar esta tendencia en todo el territorio ecuatoriano.


La escuela normalista emulada del sistema educativo argentino sustentada en el modelo pedagógico herbatiano (modelo que será analizado en una próxima edición de este segmento), fue también una de las obras de Alfaro, a él se le atribuye la creación de los primeros dos institutos normalistas en 1901, las escuelas Juan Montalvo y Manuela Cañizares, para varones y para mujeres respectivamente.


El desarrollo de la educación entre los países de Latinoamérica ha tenido similares comportamientos evolutivos, y los cambios en los sistemas educativos siempre han sido influidos por modelos extranjeros. Al ser pueblos conquistados por países de Europa sus modelos también fueron impregnados en la región, lamentablemente sigue existiendo una brecha difícil de acortar en cuanto a factores de progreso y desarrollo con respecto a países del viejo continente por lo que los problemas de desigualdad social son comunes en los países de Centro y Sudamérica; entonces, para elevar el nivel educativo de la región se requerirá no solo emular modelos o paradigmas, sino ampliar la cobertura de los sistemas de formación, buscar una verdadera calidad y en lo posible reducir al máximo los índices de analfabetismo, para ello se requiere de la voluntad política de gente visionaria, tal y como en su momento fue para nuestro país el presidente Alfaro.

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