
DESDE EL CAÑIRICO - AZOGUES - ECUADOR
BARCELONISTA E IRACUNDÓMANO DE CORAZÓN

Desafíos del Nuevo Gobierno en Materia Educativa

Por: Pablo Flores Cabrera
Tras el remezón ocasionado por la pandemia, el mundo tuvo que adaptarse a realidades que jamás hubiésemos imaginado, la crisis económica y social trajo consigo problemas también en el ámbito educativo, los países subdesarrollados o en vías de desarrollo han tenido enormes reparos a la hora de atenuar sus efectos. Cerca de 170 millones de niños y jóvenes en América Latina y el Caribe fueron afectados por el cierre de centros educativos, y, a pesar de su posterior reapertura, ha sido imposible estandarizar el aprendizaje.
En Ecuador el recién anunciado Ministro de Educación Daniel Calderón Zevallos debería incorporar en su agenda soluciones vitales a los significativos problemas que suceden en el sistema educativo del país que vienen como secuela de la pandemia y desde luego por el mal direccionamiento educativo del gobierno saliente.
En el 2020, 90.000 niños abandonaron las aulas del país y en la actualidad se bordea los 200.000. La deserción incrementó el trabajo infantil, adolescente y ni que decir de las personas adultas que, antes por lo menos tenían en las instituciones educativas nocturnas su esperanza para conseguir el bachillerato, ahora, tras extender su jornada laboral por la crisis económica, muchos se ven obligados a abandonar sus estudios.
¿Soluciones a los problemas de deserción?, pues, partir de la identificación de la población que se encuentra fuera del sistema educativo o en riesgo de abandono, pero, esta detección debe involucrar un proceso bien planificado, no improvisado como sucede en el programa denominado “todos al aula”, en donde se usa y se abusa de los docentes contratados, ellos, a más de sus deberes, se los obliga a salir a buscar niños y jóvenes que se han desatendido de sus estudios, el incremento de responsabilidades reduce ostensiblemente la efectividad en cualquier funcionario. Luego del proceso de detección, buscar mecanismos de reinserción, trabajando conjuntamente con las familias, el análisis socioeconómico y de salud es vital, los de casos de desnutrición infantil deben también ser tratados, es por aquello la importancia de la multidisciplinariedad del personal que se lo debería contratar exclusivamente para cumplir con los objetivos de reinserción escolar. La creación de un programa de ayuda a manera de becas para las familias también se debería impulsar casi obligatoriamente.
Otro problema que se viene detectando en las aulas tiene que ver con el factor emocional, problema que se corrobora con los datos de la UNICEF y la UNESCO, en el Ecuador 4 de cada 10 adolescentes afirman sentirse angustiados. Los cambios en el comportamiento son evidentes, no se trata de la rebeldía típica de la adolescencia, los cuadros de desmotivación, miedo, tristeza, bajo autoestima, quemeimportismo, desesperación e incluso depresión son muy frecuentes en las aulas; antes se acusaba a la virtualidad producto de la crisis sanitaria, pero ahora en la presencialidad, estos casos persisten y puede repercutir en el futuro laboral, académico y en la productividad de cada individuo.
Es menester que cada docente esté alerta y seguir estrictamente los protocolos existentes. Los Departamentos de Consejería Estudiantil deberían ser de obligatoria presencia en TODAS las instituciones educativas para todos los niveles y jornadas incluido para las instituciones rurales y nocturnas, de esa manera evaluar el estado emocional de los alumnos y ejecutar programas de intervención, de la misma forma debería ser importante la presencia, al menos distrital, de psicólogos y psiquiatras. Los convenios con el Ministerio de Salud deben ser revisados periódicamente, los programas de salud mental son vitales en prevención, promoción y cuidado, la metodología a usarse debe ser variante, campañas audio visuales, talleres en vez de charlas, promoción en redes sociales, etc.
En la siguiente edición de este segmento seguiremos analizando los desafíos que deberá enfrentar el gobierno de Noboa en lo que a materia educativa se refiere, partiendo desde el punto de vista de quienes están dentro de las aulas, en contacto directo con los estudiantes, es decir, desde el punto de vista de los docentes.