
DESDE EL CAÑIRICO - AZOGUES - ECUADOR
BARCELONISTA E IRACUNDÓMANO DE CORAZÓN

RENDIMIENTO ACADÉMICO: Una concepción real
por Pablo Flores Cabrera
El rendimiento académico es un tema habitual dentro de los centros educativos y para muchos es el principal indicador que demuestra que una institución está cumpliendo fehacientemente con su misión. El rendimiento académico se suele definir como la medición de las capacidades de los estudiantes dentro de un proceso formativo considerando sus respuestas a diferentes tipos de estímulos. Para Jimenez (2000) el rendimiento académico corresponde al nivel de conocimientos demostrados en un área o asignatura y que puede ser relacionado con factores propios del entorno educativo.
El rendimiento académico obedece a un sistema de mediciones o evaluaciones, pero no necesariamente sus resultados demuestran la capacidad de comprensión de un sujeto, se debe trabajar también sobre otras variables, factores actitudinales, factores socioeconómicos, programas de estudio o currículo, estrategias metodológicas, sistemas de evaluación, el factor motivación, definitivamente son cambios estructurales que se deben promover en los proyectos educativos si una institución requiere mejorar su estatus. Cada persona tiene su propia realidad, lo que conlleva a que cada grupo de alumnos también sea diferente, es por eso que, dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje los resultados tienden a ser también variantes, entonces sería insulso creer que las realidades institucionales pueden ser evaluadas con el análisis de simples promedios.
En el Ecuador se mal interpretó que las escuelas o colegios que tengan buenos niveles en los promedios están garantizando una educación de calidad, craso error, no puede ser posible que se tenga como factores únicos de evaluación los promedios por áreas, es común ver a los directivos sacar pecho únicamente por las buenas calificaciones obtenidas por sus alumnos. Estos indicadores cuantitativos otorgados por las instancias de evaluación correspondientes no expresan en lo absoluto el nivel real de comprensión de los estudiantes, ni dan lugar tampoco a posesionar a un establecimiento como el mejor o el peor ubicado, sencillamente, la educación no se mide sólo en base a números.
Las metas dentro de los planes operativos o planes de mejora es lo único que se busca incrementar, para ello se proponen actividades superficiales que apuntan solo a mostrar una mentirosa pero buena estadística, es por aquello que urge la realización de cambios estructurales para conseguir una educación de calidad, los indicadores de rezago, la deserción escolar, la mala actitud, son algunos problemas que deben ser resueltos antes de hablar de una mejora del rendimiento académico, para aquello es necesaria una transformación en las políticas educativas, así como un cambio en la mentalidad de sus actores.
Este cambio de actitud debería comenzar por el estado ofreciendo libertad y autonomía para las instituciones, la burocracia y la pedagogía no pueden ir de la mano. El directivo de esta nueva era requiere de un cambio en su estilo de liderazgo, flexible, innovador, comprometido. Por su parte el docente debe de una vez dejar ese recelo a lo novedoso, aceptar la nueva metodología, abrir horizontes a nuevos espacios para aprender a enseñar. Si cada quien hiciera lo suyo, de seguro se lograría, no solo comprender el verdadero significado de rendimiento académico, sino conseguir elevarlo y así el estudiante tendría mejores expectativas de alcanzar el tan trillado aprendizaje significativo y de gozar de una verdadera educación de calidad.